miércoles, 14 de marzo de 2018

Miradas sobre la política

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La política es un fenómeno de la vida de la vida social de la que participan la ciudadanía y distintas organizaciones y fuerzas políticas integradas por individuos de diferentes valores e intereses que intervienen en el espacio público.  La política se desarrolla en un espacio tensionado por el poder, el orden y el conflicto que nace de las diferencias de esos valores e intereses.
Los siguientes fragmentos forman parte del video El poder de la política de la serie En el medio del poder producido por Canal Encuentro y conducido por la mirada periodística de Gisela Busaniche.

   La política 1
   La política 2
   La política 3
   La política 4 
   
  


lunes, 12 de marzo de 2018

Derechos Humanos

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La serie "Enfoque de Derechos Humanos" consta de un conjunto de clips elaborados por la agencia berlinesa Edeos (educación digital) con el apoyo de la Cancillería Alemana.
El abordaje de la problemática sobre los Derechos Humanos incluye un clip de introducción y uno sobre cada una de las tres dimensiones de los Derechos Humanos.
La primera dimensión se refiere a los Derechos Políticos y Civiles, la segunda dimensión se vincula con los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la tercera, con los Derechos Colectivos.
Los clips analizan además otras cuestiones relacionadas tales como la historia de los Derechos Humanos, la vigencia o violación de los mismos, o el papel de las organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch.



jueves, 17 de marzo de 2016

Max Weber. El Estado: monopolio legítimo de la coacción física

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Una asociación de dominación debe llamarse asociación política cuando y en la medida en que su existencia y la validez de sus dominaciones, dentro de un ámbito geográfico determinado, estén garantizadas de un modo continuo por la amenaza y la aplicación de la fuerza física por parte de un cuadro administrativo.
Por Estado debe entenderse un instituto político de actividad continuada, cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo de la coacción física para el mantenimiento del orden vigente. [ ... ]
En las asociaciones políticas no es la coacción física e! único medio administrativo, ni tampoco el normal. Sus dirigentes utilizan todos los medios posibles para la realización de sus fines. Pero su amenaza y eventual empleo es ciertamente su medio específico y, en todas partes, la última ratio cuando los demás medios fracasan.

Max Weber. Economía y sociedad (1921). México, Fondo de Cultura Económica, 1992

miércoles, 16 de marzo de 2016

Carl Schmitt. El criterio amigo-enemigo como distintivo de la política

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Una definición conceptual de lo político puede obtenerse sólo mediante el descubrimiento y la verificación de categorías específicamente políticas. (…)
La diferenciación específicamente política, con la cual se pueden relacionar los actos y las motivaciones políticas, es la diferenciación entre el amigo y el enemigo. Esta diferenciación ofrece una definición conceptual, entendida en el sentido de un criterio y no como una definición exhaustiva ni como una expresión de contenidos. En la medida en que no es derivable de otros criterios, representa para lo político el mismo criterio relativamente autónomo de otras contraposiciones tales como el bien y el mal en lo moral; lo bello y lo feo en lo estético, etc. (…) La diferenciación entre amigos y enemigos tiene el sentido de expresar el máximo grado de intensidad de un vínculo o de una separación, una asociación o una disociación. Puede existir de modo teórico o de modo práctico, sin que por ello y simultáneamente todas las demás diferenciaciones morales, estéticas, económicas, o de otra índole, deban ser de aplicación. El enemigo político no tiene por qué ser moralmente malo; no tiene por qué ser estéticamente feo; no tiene por qué actuar como un competidor económico y hasta podría quizás parecer ventajoso hacer negocios con él. Es simplemente el otro, el extraño, y le basta a su esencia el constituir algo distinto y diferente en un sentido existencial especialmente intenso de modo tal que, en un caso extremo, los conflictos con él se tornan posibles, siendo que estos conflictos no pueden ser resueltos por una normativa general establecida de antemano, ni por el arbitraje de un tercero "no-involucrado" y por lo tanto "imparcial". (…)
El enemigo no es, pues, el competidor o el opositor en general. Tampoco es enemigo un adversario privado al cual se odia por motivos emocionales de antipatía. "Enemigo" es sólo un conjunto de personas que, por lo menos de un modo eventual — esto es: de acuerdo con las posibilidades reales — puede combatir a un conjunto idéntico que se le opone. Enemigo es solamente el enemigo público, porque lo que se relaciona con un conjunto semejante de personas — y en especial con todo un pueblo — se vuelve público por la misma relación.
Al concepto de enemigo y residiendo en el ámbito de lo real, corresponde la eventualidad de un combate. En el empleo de esta palabra hay que hacer abstracción de todos los cambios accidentales, subordinados al desarrollo histórico, que ha sufrido la guerra y la tecnología de las armas. La guerra es el combate armado entre unidades políticas organizadas; la guerra civil es el combate armado en el interior de una unidad organizada (unidad que se vuelve, sin embargo, problemática debido a ello).(…) La guerra proviene de la enemistad puesto que ésta es la negación esencial de otro ser. La guerra es solamente la enemistad hecha real del modo más manifiesto. No tiene por qué ser algo cotidiano, algo normal; ni tampoco tiene por qué ser percibido como algo ideal o deseable. Pero debe estar presente como posibilidad real si el concepto de enemigo ha de tener significado.
Consecuentemente, de ninguna manera se trata aquí de sostener que la existencia política no es más que una guerra sangrienta y cada acción política una operación de combate militar; (…) La definición de lo político aquí expuesta no es ni belicista, ni militarista, ni imperialista, ni pacifista. Tampoco constituye un intento de presentar a la guerra victoriosa, o a la revolución triunfante, como un "ideal social", ya que ni la guerra ni la revolución constituyen algo "social" o "ideal".
Al Estado, en su calidad de unidad política esencial, le corresponde el jus belli; es decir: la posibilidad real, de determinar, y dado el caso de combatir, a un enemigo en virtud de una decisión autónoma. (…)
Sin embargo, la tarea de un Estado normal consiste en lograr, por sobre todo, una pacificación completa dentro del Estado y su territorio; construir "la tranquilidad, la seguridad y el orden" para crear con ello la situación normal que es condición para que las normas jurídicas puedan imperar en absoluto desde el momento en que toda norma presupone una situación normal y ninguna norma puede ser válida en una situación que la desafía de modo completamente anormal.
Esta necesidad de lograr la pacificación intra-estatal conduce, en situaciones críticas, a que el Estado como unidad política en si, mientras existe, pueda también determinar al "enemigo interno". Es por ello que en todos los Estados, bajo alguna forma, existe lo que el Derecho Público (…)conoció como (…) formas de repudio, ostracismo, exclusión, (…) alguna forma de declarar un enemigo interno, ya sea con medidas más severas o más benignas; vigentes ipso facto o establecidas de modo jurídico mediante leyes especiales; ya sea manifiestas o encubiertas en descripciones genéricas.


Fuente: Carl 
SchmittEl concepto de lo político. Madrid, Alianza, 2009


lunes, 14 de marzo de 2016

John Rawls. La política, un orden regulado por la justicia

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Para Rawls, la sociedad es una asociación más o menos autosuficiente de personas que en sus relaciones reconocen ciertas reglas de conductas como obligatorias y que en su mayoría actúan de acuerdo con ellas. Estas reglas especifican un sistema de cooperación planeado para promover el bien de aquellos que forman parte de él. Se trata de una empresa cooperativa para obtener ventajas mutuas, frente al el conflicto y la diversidad de intereses. La cooperación posibilita un mejor modo de vida que el que tendríamos si tuviéramos que valernos solamente de nuestros propios esfuerzos.
Así como la verdad es la prioridad de todo sistema de pensamiento, la justicia ha de ser la primera virtud de las instituciones sociales, por encima incluso del bienestar de la sociedad. Como en el caso de la verdad, la justicia no puede estar sujeta a transacciones. La justicia es, pues, el único valor que puede definir una "sociedad bien ordenada‖.
El objeto primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad.
Los principios de justicia, definidos así como principios de justicia distributiva, proporcionan un modo para asignar derechos y deberes en las instituciones básicas de la sociedad, y definen la distribución apropiada de los beneficios y las cargas de la cooperación social.
En este enfoque, el objeto primario de la justicia no se dirige, en principio, a instituciones o prácticas sociales concretas (por ejemplo, la situación económica de cada miembro de la sociedad), sino a la "estructura básica de la sociedad", es decir, a las instituciones sociales más importantes. Por "instituciones sociales más importantes" entiende Rawls la constitución política y las principales disposiciones económicas y sociales, que se concretan en derechos como la libertad política (votar, desempeñar cargos públicos), la libertad de expresión y reunión, la protección jurídica de la libertad de pensamiento y de conciencia, la competencia mercantil, la propiedad privada de los medios de producción o la familia monogámica.

En base a textos de John RAWLS.


miércoles, 8 de abril de 2015

Democracia delegativa

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En 1991, coincidiendo con los gobiernos de Collor de Mello en Brasil, Menem en Argentina y Alan García en Perú, el politólogo argentino Guillermo O´Donnell publicó un artítulo denominado Democracia Delegativa, para conceptualizar las nuevas formas institucionales que asumían entonces, algunas democracias en la región.
Para O´Donnell, las democracias delegativas comparten con las democracias representativas dominantes en Europa y América del Norte, su legitimidad de origen; sus gobiernos han surgido de elecciones libres y competitivas. Al igual que estas, mantienen ciertas libertades básicas, como la libertad de expresión, de prensa, reunión y asociación, aun cuando en algunos caso, estas libertades se encuentren amenazadas.
Sin embargo, a diferencia de las democracias representativas, se fundan en otros pilares institucionales compatible con el ejercicio de una ciudadanía de baja intensidad; el rol de los ciudadanos se limita a la participación electoral para “delegar” ampliamente sus responsabilidades en el gobernante y desentenderse de la vida política.
La contracara del desinterés ciudadano, es un fuerte protagonismo de los gobernantes a quienes la sociedad ve como “salvadores”, capaces de interpretar las necesidades de la nación y de dar respuesta a los problemas políticos.
Consecuentemente, el poder tiende a concentrarse en el Poder Ejecutivo, y el presidente elegido por una amplia mayoría, se ve asimismo como una figura por encima de los partidos políticos y los intereses organizados. Los Poderes Legislativo y Judicial, son vistos como estorbos para el gobierno, y el Ejecutivo, termina creyendo que no tiene la obligación de rendir cuenta de su gestión y hacerse responsable de ella (accountability).
Las democracias delegativas son presentadas por el autor, como democracias o poliarquías menos liberales y menos republicanas que de las democracias representativas.
Veinte años después del artículo original, O´Donnell ha revisado el concepto, para actualizarlo de acuerdo con la evolución sufrida por los regímenes políticos de la región durante esas dos décadas.


Bibliografïa
O´Donnell, G. (1991). ¿Democracia Delegativa?. En Novos Estudos CEBRAP (1991) 31: 25‑40.Versión en castellano, ¿Democracia Delegativa?. Cuadernos del CLAEH. 17 n.6. 9-19. 1992. Versión en inglés, Delegative Democracy. Journal of Democracy. 5:55-69, 1994.
O´Donnell, G. (2007). Disonancias, críticas democráticas a la democracia. Buenos Aires: Prometeo Libros.
O´Donnell, G. (2010). Revisando la democracia delegativa. Recuperado el 20 de Marzo de 2010, de La red mundial: http://clubpoliticoargentino.blogspot.com.ar/2010/01/revisando-la-democracia-delegativa.html
O'Donnell, G., Iazzetta, O. y Quiroga, H. (coord.) (2011). Democracia Delegativa. Buenos Aires. Prometeo.

Enlaces

El primer artículo O´Donnell, G. (1991).¿Democracia Delegativa? en versión castellana se puede consultar en el siguiente enlace: http://www.forumjustica.com.br/wp-content/uploads/2011/10/O%C2%B4Donnell_Democracia-Delegativa.pdf.
O´Donnell, G. (2010). Revisando la democracia delegativa; en alguno de los siguientes enlaces: 

domingo, 23 de marzo de 2014

Hannah Arendt. La política, espacio de acción y discurso

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La esfera política surge de actuar juntos, de «compartir palabras y actos». Así, la acción no sólo tiene la más íntima relación con la parte pública del mundo común a todos nosotros, sino que es la única actividad que la constituye. (…)
La polis, propiamente hablando, no es la ciudad-estado en su situación física; es la organización de la gente tal como surge de actuar y hablar juntos, y su verdadero espacio se extiende entre las personas que viven juntas para este propósito, sin importar dónde estén. «A cualquier parte que vayas, serás una polis»: estas famosas palabras no sólo se convirtieron en el guardián fiel de la colonización griega, sino que expresaban la certeza de que la acción y el discurso crean un espacio entre los participantes que puede encontrar su propia ubicación en todo tiempo y lugar. Se trata del espacio de aparición en el más amplio sentido de la palabra, es decir, el espacio donde yo aparezco ante otros como otros aparecen ante mí, donde los hombres no existen meramente como otras cosas vivas o inanimadas, sino que hacen su aparición de manera explícita.
Este espacio no siempre existe, y aunque todos los hombres son capaces de actos y palabras, la mayoría de ellos -como el esclavo, el extranjero y el bárbaro en la antigüedad, el laborante o artesano antes de la Época Moderna, el hombre de negocios en nuestro mundo- no viven en él. Más aún, ningún hombre puede vivir en él todo el tiempo. (…)
El espacio de aparición cobra existencia siempre que los hombres se agrupan por el discurso y la acción, y por lo tanto precede a toda formal constitución de la esfera pública y de las varias formas de gobierno, o sea, las varias maneras en las que puede organizarse la esfera pública. (…)

Fuente: Hannah Arendt. La condición humana. Barcelona. Paidós, 1993, selección




jueves, 6 de marzo de 2014

Giovanni Sartori. Definir la democracia

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"Si definir la democracia es explicar qué significa el vocablo, el problema se resuelve rápido; basta saber un poco de griego. La palabra significa, literalmente, poder (kratos) del pueblo (demos). Pero habremos resuelto sólo un problema de etimología: únicamente se ha explicado el nombre. Y el problema de definir la democracia es mucho más complejo. El término democracia está para algo. ¿Para qué? El que la palabra “democracia” tenga un preciso significado literal o etimológico, no ayuda para nada a entender a qué realidad corresponde ni cómo están construidas y funcionan las democracias posibles. No nos ayuda porque entre la palabra y su referencia, entre el nombre y el objeto, el paso es larguísimo. 
Ya que el significado literal del término corresponde poco y mal a su referencia, ¿cómo remediar esto? A primera vista puede parecer que la solución es fácil. Si es verdad que la dicción nos desvía, ¿por qué denominar las cosas con etiquetas que no corresponden? Se ha constatado que las democracias son de hecho “poliarquías”.
Admitida la afirmación como exacta, ¿por qué no llamarlas así? La respuesta es que aun cuando el término “democracia” no nos sirve para fines descriptivos, es necesario para efectos normativos. Un sistema democrático es ubicado por una deontología democrática, y ello porque la democracia es y no puede ser desligada de aquello que la democracia debería ser. Una experiencia democrática se desarrolla a horcajadas sobre el desnivel entre el deber ser y el ser, a lo largo de la trayectoria signada por las aspiraciones ideales, que siempre van más allá de las condiciones reales."

Fuente: Sartori, Giovanni. ¿Qué es la Democracia?, Capítulo I. Taurus, Madrid, 2003, pp 17

lunes, 3 de marzo de 2014

Democracia

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El siguiente video emitido por Canal Encuentro, explora la noción de democracia, sus orígenes y sus alcances. Desde la mirada periodística de Gisela Busaniche, se presentan los mecanismos de poder popular y de manera particular el poder del voto y las distintas formas de representación como características centrales del sistema democrático, en una investigación documental que se apoya en informes y entrevistas a especialistas.

En el medio del poder (T1), El poder del pueblo (democracia) - Canal Encuentro